RAFAEL SANZ LOBATO. FOTOGRAFÍAS 1960-2008
Se presenta una retrospectiva necesaria para traer a la luz la extensa trayectoria de este fotógrafo documental, que ha sabido captar con su cámara el carácter y la idiosincrasia de los pueblos de España. Reconocido por Cristina García Rodero como su maestro, el trabajo de Sanz Lobato (Sevilla, 1932) fue lamentablemente olvidado durante años. Sin embargo, sus portentosas series, en las que refleja la diversidad cultural de nuestro país, le posicionaron en el lugar que su trabajo merece.
Rafael Sanz Lobato, Premio Nacional de Fotografía 2011, pertenece a una generación irrepetible de fotógrafos de posguerra que desde los años 50 del pasado siglo dio a nuestro país una producción documental excepcional. Estos fotógrafos rechazaron las herencias de preguerra y se desvincularon de ellas, trabajaron con espíritu transgresor respecto al entorno establecido, tanto social como político y, naturalmente, frente a la la práctica fotográfica dominante.
Sanz Lobato convirtió la fotografía en una pasión desbordante. Como documentalista realiza varias series: Bercianos de Aliste, La caballada de Atienza, A Rapa das Bestas, o Auto sacramental de Camuñas; de todas ellas hay ejemplos en la exposición, que incluye, además otras tres secciones: Otras historias, Retratos y Bodegones. La realizada en la localidad de Bercianos, donde retrata de forma magistral la procesión conocida como del Santo Entierro, recibirá la atención de la revista americana Popular Photography, que en el año 1970 le publica un porfolio de 4 páginas.
La fotografía documental de Rafael Sanz Lobato nos muestra y nos hace reflexionar sobre un cierto temperamento de nuestro país que nos evoca y recuerda ciertas vivencias. Es capaz de rememorar, entender e interpretar una manera de vivir en un período no muy lejano de la España profunda, donde el carácter y el alma de este país se manifiestan a través de los ritos religiosos o civiles. Sus imágenes nos fascinan y nos enseñan. Rafael es uno de los fotógrafos que ha sabido relacionarse con la gente, escucharla, respetarla y fotografiarla. Sus paisajes ilustran una España árida y al tiempo majestuosa. Una España profundamente religiosa, que respeta siglo tras siglo, año tras año, los ritos marcados por una Iglesia omnipresente.
En esta exposición itinerante encontramos un magnífico ejemplo del mejor realismo documental, dotado de gran intensidad y sensibilidad. Son documentos clave de la fotografía realista moderna española que han influido de forma importante en autores de las generaciones sucesivas. Su sensibilidad extraordinaria también la encontramos en sus paisajes, donde transforma amaneceres o crepúsculos en pura poesía.
Entrada gratuita.