El Pines Badajoz asciende a la División de Honor Plata al vencer al Novás 29-27

El Pines Balonmano Badajoz consiguió este domingo el deseado ascenso a la División de Honor Plata del balonmano español tras imponerse en un emocionante partido al Mecalia Atlético Novás por el tanteo final de 29-27. Ningún equipo extremeño ha inscrito su nombre en la antesala de la Asobal, y los pacenses han ganado con todo merecimiento un lugar en la historia del balonmano extremeño, logrando ascender a la segunda categoría del balonmano nacional. Ha tenido que ser a la segunda oportunidad, pero nadie dijo que fuera a ser fácil.

Se han  recuperado magníficamente de la derrota anterior ante Ademar de León, y han vuelto a hacer disfrutar a una numerosa afición que les ha llevado en volandas cuando más falta les ha hecho. Al final, un gol de Alex Garza y una parada de Borja Presumido en los últimos segundos daban la victoria a los pacenses y llevaban el delirio al banquillo y grada pacenses, sabedores de que lo conseguido quedaba para la historia.

El partido parecía un plácido paseo de los jugadores de Nino Antúnez, que saltaron a la pista demostrando que habían olvidado por completo la derrota anterior frente al Ademar de León, pero en la segunda parte el Mecalia Novás demostró que disputa sus partidos hasta el final, y protagonizó un intento de remontada digno de elogio. 

El Pines había salido en tromba, dispuesto a no dejarse arrebatar la tercera plaza y el consiguiente ascenso a División de Honor Plata. Cada jugador sabía lo que se esperaba de él, todos cumplían y el Pines mandaba sobre la cancha y en la grada. En manos de un pletórico Darío Calahorra, que convertía diez goles para alzarse con el galardón de máximo goleador, y una vez más consagrado a su defensa, el equipo local daba renovadas alegrías a su numerosa afición y demostraba que quería subir sí o sí delante de su público. Sólo parecía haber un equipo, el Pines, que ganaba cada batalla sobre la pista y dejaba a los gallegos de O Rosal en doce goles en la primera parte, seis menos que el Pines.

Aún faltaba la mitad del encuentro, y Nino Antúnez avisaba a los suyos en el descanso del peligro de Novás en la segunda mitad, en la que iban a salir con todo.

En la segunda mitad todo discurría por los mismos derroteros, con unos jugadores extremeños espoleados por su afición  hasta que en el minuto 39 una botella de agua caía sobre la pista, lanzada por los aficionados gallegos, y el partido se tenía que interrumpir por más de diez minutos. Este inesperado intermedio rompía el ritmo de los pacenses y daba alas a los hombres entrenados por Abel Fernández, que iniciaron una lucha contra el marcador y contra el reloj para engancharse al partido. Guiádos por los goles de Rafa Gestido desde el lateral y de Víctor Armán desde el extremo, los gallegos trataban por todos los medios de reducir la cómoda distancia que el Pines tenía durante todo el partido para hacerse con la victoria.

Quien viera sólo la primera mitad no podrá creerse el resultado final, ya que durante ese periodo y buena parte del segundo fue el equipo pacense quien mandó en todas las facetas del juego. Sin embargo, los minutos finales fueron una agonía para el Pines, que no era capaz de cerrar el partido y veía como los gallegos recortaban paulatinamente la ventaja hasta ponerse a  un solo gol. Miedo a ganar, diría el tópico, pero el caso es que en los últimos diez minutos los hombres de Nino Antúnez sólo pudieron marcar un gol. La ventaja que había acumulado el conjunto pacense durante cincuenta minutos se desvanecía poco a poco. Lo que hasta ese momento había sido buen juego y control de partido, se convertía en correcalles y locura colectiva. El equipo de O Rosal nunca dejó de creer en sus posibilidades y se plantó en la fase decisiva del encuentro con ganas de aguar la fiesta al equipo anfitrión.

Tuvo que aparecer de nuevo la figura de Borja Presumido para detener balones cruciales, y de los hermanos Garza, entre otros, para meter los ataques que nadie sabía asegurar.

Tras el partido vino el éxtasis. El Pines Balonmano Badajoz conseguía dar a sus aficionados la gran alegría buscada durante toda la temporada, y el año que viene paseará el nombre de toda Extremadura por la segunda máxima categoría del balonmano nacional. Abrazos, besos, alguna lágrima y sobre todo mucho y buen balonmano el destilado por el equipo dirigido desde el banquillo por un emocionado Antonio Antúnez.

Declaraban los jugadores que lo que habían conseguido era histórico, deseaban dedicárselo a una afición que nunca les dejó de lado. Darío Calahorra aseguraba. “Este triunfo va dedicado a nuestra afición y a nuestras familias, un triunfo que era deseado, que hemos buscado todo el año. Ayer fue una gran desilusión, pero hoy hemos vuelto a ser un gran equipo, una gran piña, y sabíamos que el triunfo no se nos podía escapar”.

El técnico extremeño soltaba todos los nervios al final del encuentro, y declaraba que “Hemos cumplido el objetivo que todos buscábamos. Ha sido un fin de semana maravilloso, con gente de toda Extremadura viniendo a apoyar al equipo y no podíamos fallarles. Hoy hemos vuelto a rayar a gran altura, y pese a que teníamos enfrente un dignísimo rival, que nos ha puesto las cosas muy complicadas, esta victoria tenía que quedarse en casa y mis jugadores han echado el resto para que así fuera. El balonmano en Extremadura sin duda tendrá un antes y un después de esta fase de ascenso, todos debemos aprovecharlo”.

El F.C. Barcelona se impuso en la final al Ademar de León por nueve goles de diferencia, pero sin duda el Pines Balonmano Badajoz fue el gran protagonista de una jornada que le encarama a lo más alto y le consuma como un equipo de División de Plata. De Ley.