- Dado que el volumen de documentos es importante y no se puede exponer todo, vamos a tener la posibilidad de ver casi el 100% de este material actualmente digitalizado, a través de una presentación en vídeo que se proyectará en bucle en la misma rotonda todos los días de la exposición.
- En Mérida, venidas a menos las dos primeras ferias medievales, comienza a cobrar mayor auge la celebrada durante el siglo XVI y XVII en Santa María de agosto, no tanto así otra de menor entidad celebrada en febrero. Nuevos reajustes buscando el mejor momento para celebrarlas, a finales del siglo XIX aparecerá nuestra actual feria de Septiembre.
Hasta el 5 de septiembre estará expuesta en la rotonda del Centro Cultural Alcazaba una muestra del material gráfico documental: carteles, programas y fotografías conservadas en el Archivo Histórico Municipal, sobre las Ferias y Fiestas de Mérida desde finales del siglo XIX al siglo XXI, bajo el título: Las Ferias y Fiestas de Mérida a través de los documentos gráficos del Archivo Histórico Municipal.
Dado que el volumen de documentos es importante y no se puede exponer todo, vamos a tener la posibilidad de ver casi el 100% de este material actualmente digitalizado, a través de una presentación en vídeo que se proyectará en bucle en la misma rotonda todos los días de la exposición.
El pasado histórico de nuestra actual feria de Septiembre se remonta al año 1300 cuando el Rey de Castilla, Fernando IV, concede a Mérida la facultad de convocar y celebrar dos ferias al año: una a mediados de marzo y la otra por San Martín (Noviembre), ambas de una duración de quince días. Una confirmación de este privilegio del año 1456, es el que se conserva original en el Archivo Histórico Municipal.
Como en toda Europa estas ferias nacen con un carácter eminentemente comercial y de expansión del mercado por todos los territorios. Ganado y productos agrícolas y artesanales son los que se intercambian favoreciendo el desarrollo tanto de productores como de comerciantes.
Como consecuencia de temporales, crisis económicas o tiempos convulsos en general, las ferias se hacían intermitentes, a veces desaparecían por completo durante años y otras se reajustaban en el calendario.
En Mérida, venidas a menos estas dos primeras ferias medievales, comienza a cobrar mayor auge la celebrada durante el siglo XVI y XVII en Santa María de agosto, no tanto así otra de menor entidad celebrada en febrero. Nuevos reajustes buscando el mejor momento para celebrarlas, a finales del siglo XIX aparecerá nuestra actual feria de Septiembre.
El siglo XX trae el gran desarrollo industrial y tecnológico y con él una nueva manera de entender las ferias. En la década de los 70 pudimos ver por última vez el rodeo de ganado pastando en la isla de Guadiana. Atrás quedaron los apretones de manos de los ganaderos y el intercambio de productos agropecuarios para convertirse estas fechas en días festivos de ocio, reencuentro y diversión para todos.