Estoy segura de que la noche del Martes no dejaría impasible a un público que, en algunos momentos, no puede negar que sintió el miedo. La calidad de las agrupaciones fue notoriamente superior a la del pasado Lunes, y ayer ya escuchamos sobre las tablas las primeras voces femeninas. He de decir que tanto unas como otras sonaron bastante afinadas.

La murga encargada de romper el hielo era La Tarasca. Con su Joker del Carnaval nos convencieron a todos, ya no sólo por su buena caracterización, sino por la increíble manera de meterse en el papel. También lo hicieron con su repertorio, pues estos ‘malos de la película’ prefirieron ser ellos los que soltaran las estruendosas carcajadas: hablaron de temas serios, fueron muy críticos, sin pasar por alto los temas de actualidad y una inminente denuncia social. Mucho ritmo y unas conjuntadas voces de Joker han conseguido un sorprendente resultado. Cuesta por momentos reconocer el tradicional estilo de esta agrupación, pero el cambio, sin ninguna duda, ha sido para mejor. Y si el Joker daba miedo, el público tuvo que agarrarse a las butacas con Los Carnestolendas. Sin duda su plato fuerte fue la presentación, cargada de notas de humor y con un punto terrorífico gracias a la figura de la niña del exorcista, que sólo le falto dar volteretas en la cama. El público ya estaba muy receptivo ante esta sorpresa, así que no les costó escuchar las risas al final de sus letras. Hay que destacar que esta agrupación se estrenaba el pasado año, obteniendo una pésima clasificación. En esta edición han mejorado mucho, sorprendiendo y gustando, y eso se notará en la puntuación que les otorgue el jurado.

Llegó entonces el turno de Las Nenukas, primera murga femenina en estrenarse en este 2010. Convirtieron el teatro en una consulta médica, dando vida a todo el personal sanitario, pacientes e incluso seguridad. Nos trajeron una actuación muy completa, que presentaron con mucha fuerza. Fieles a su estilo, nos cantaron pasodobles sentimentales, un estribillo pegadizo y un popurrí muy mejorado que hizo reír a todos. Se centraron en el tipo para hablarnos de enfermedades, tratamientos, y anécdotas de este centro de salud. Afinadas, y acompañadas de unas guitarras y percusión bien destacables, hicieron una participación muy digna que las sitúa en otro punto de mira diferente al que tenían hasta ahora. Muy bien, Nenukas.

La murga de Valverde de Leganés fue la siguiente en pisar el escenario. Y lo hacían aterrizando, porque estas moscas seguro que han pasado muchos meses batiendo sus alas para sorprender con este repertorio. Tras la antítesis que supone su participación en el pasado año como estatuas, no pararon de revolotear en la actualidad local y nacional, buscando momento también para recalcar su nombre, Los Enraores, que muchos periodistas confunden. Me gustaría hacer un inciso en el ingenio de sus trajes, pues pudimos ver a la mosca detrás de la oreja, la mosca del sueño, el moscardón, el moscatel o la mosquita muerta. Notas de humor y mucho movimiento con esta murga.

Pero sin duda los triunfadores de la noche fueron Titirimundi. Ataviados de villanos, volvieron a acongojar al público con su caracterización y su teatralidad. Unos trajes muy coloridos, pero a la vez tétricos, daban vida a estos malos malísimos que volvían a demostrarnos la calidad que tienen como agrupación. De nuevo aparecían con el mismo traje para todos, y supieron hacer al público partícipe de su línea más crítica. Notas de humor en el popurrí  y una despedida con mucha fuerza deja un buen sabor de boca a cualquiera que escuche a esta murga.

Muñecas flamencas sobre paños de ganchillo eran Los Coplillas. Para la presentación, y como no podía ser de otra manera, se subieron a sus televisores para ondear sus volantes y con fuerza e ingenio, trasladar al público a la década de los setenta. No les faltó su flamenco, y el toro típico español. En su repertorio pudimos reconocer muchas melodías del folklore de nuestro país, temas de actualidad y muchas ganas de hacer reír. Destaco su originalidad y su estribillo, que en un principio podía parecer un poco inapropiado, pero fue bastante aplaudido.

Para cerrar la noche del Martes, debutaron en el López de Ayala la murga Hijos de la Luna. Únicamente tres de sus
componentes proceden de otras agrupaciones, lo que hace que haya que valorar muy positivamente el resultado que presentaron anoche estos forofos del Carnaval. Como locos de esta fiesta, se nota que han trabajado mucho para conjuntar las voces, y defender su repertorio, una defensa que no pongo en duda en ningún momento. Estaban muy nerviosos antes de entrar a escena, pero supieron perder la vergüenza, no pararon de moverse y finalizaron con una despedida con mucha fuerza. Prometen.

Estefanía Rodríguez