Las primeras en llegar a nuestro escenario en la noche de ayer eran, sorprendentemente, las novias. Les daba vida una murga que lleva 10 años saliendo, con lo que lo único que les faltaba era casarse. Así, los chicos de La Caidita se ataviaron como 15 hermosas novias (alguna de ellas hubiera engañado a cualquiera en la calle) que este año no cabían en el traje. Ya vimos a alguna más apretadita, e incluso a la que se casa de penalti. Desde la Boutique de La Gitana sonaron muy bien, llevaban un repertorio muy completo, siguiendo la línea que han llevado siempre pero esta vez incorporando melodías nupciales y poniéndose un poco más sentimentales; porque también hubo momento, como era de esperar, de cantarle al amor.
 

La siguiente actuación venía de manos de Los Sikitrakys. Convirtieron las tablas del López de Ayala en una sala de espera de hospital (casualmente, la sanidad ha sido protagonista en esta edición del concurso) con todos sus enfermos, a cada cual más grave, porque incluso los había con un hacha clavada en la cabeza. Estos oliventinos cantaron bien, y a la vez, supieron potenciar la figura de algunos personajes, como el de la limpiadora, que fue un aliciente para hacer reír al público. Fue justo en la siguiente intervención cuando volvió a sentirse el miedo en el Teatro. La mafia italiana llegaba a Badajoz dispuesta a conocer la magia de este Carnaval, y a que nosotros conociéramos lo malos que pueden llegar a ser. En su primera participación, aunque algunos de sus componentes procedían de otras murgas, Al-Tuntum demostró el trabajo que ha supuesto para sus músicos y cantantes sacar adelante esta actuación. Entre sus componentes había dos chicas, una guitarra y otra, Rocío Segura, que en mi opinión, debería haber potenciado más la voz que tiene para subir un poco el tono en ciertas partes. Disfrutaron, y se notó.

Y por si alguno se había quedado impasible, más miedo pasamos con Los Murallitas. Estos vampiros, y algún que otro murciélago, aparecían en un simpático cementerio para deleitarnos con todo eso que durante meses han estado preparando. Los que la chupan por necesidad nos trajeron un repertorio muy completo en letra y música, y una puesta en escena con la que disfrutaron, algo que quizás no consiguieron por completo con su tipo del pasado año. A destacar de esta agrupación su percusión, que para mí, es la mejor que puede escucharse año tras año en este concurso. No pararon de beber sangre estos Murallitas, ni de hacer reír al público. Genial.

Tras el descanso, ninguno de los presentes era consciente de que nos llevaríamos la gran sorpresa de la noche. La Water Agency Space, más conocida como la WASA, ha admitido recientemente a unos 15 nuevos astronautas dispuestos a conocer todos los ‘rincones’ del Universo. Estos Water Closet llegaron este año con fuerza para esquivar meteoritos, cantarle a Plutón y demostrar la ausencia de gravedad, todo ello capitaneados por un David Bisbal un poco desmejorado. Con numerosas notas de humor y mucho ritmo, estos chicos se metieron a todo el Teatro en el bolsillo, y es que ya podemos decir que han superado completamente esa barrera de incomprensión por parte del público pacense. Ya era hora de un reconocimiento. Y este año, la WASA lo va a tener. Enhorabuena.

Y si nos habían gustado las melodías espaciales, en la siguiente actuación pudimos reconocer las notas de Grease, Sonrisas y Lágrimas, y hasta la Tómbola de Marisol. Pa 4 días lo arregla tó, llenaron de colorido el López de Ayala con sus vistosos trajes, y un escenario muy elaborado (que nadie pase por alto ese coche descapotable rosa hecho a base de globos). Nos hablaron de la actualidad, del derribo del cubo e incluso de nuestros vecinos portugueses en relación al terremoto que sentimos en nuestra ciudad. Llamaron mucho la atención visual, pero quizás se quedan cortos en conquistar nuestros oídos.

Finalmente eran Mirinda Street Boys los que ponían el broche final a este penúltimo día de preliminares. 15 chicos que se conocieron en un casting de OT, decidieron formar un grupo y dedicarse a cantar el pop más carnavalero. Anoche nos presentaron su primer disco, y lo hicieron con un vestuario de lo más moderno, y unas voces muy cuidadas. Marcándose los bailes más poperos, nos hablaron de actualidad, de la separación de la murga Marwan, o de las nuevas iniciativas de educación sexual en la región. Vuelve de nuevo una murga que para mí es muy grande, y que quizás se ha visto un poco afectada por haber renunciado en una ocasión a participar en concurso, y por su actuación del pasado año en la que el traje les jugó una mala pasada. Lo que más me gustó es la humildad que tienen para ser críticos con ellos mismos en relación a este tema. Me gustó, parece que vuelven a ser Los Mirinda.

Crónica de Estefanía Rodríguez