La fase de semifinales de este Concurso de Murgas 2010 empezaba anoche con más fuerza que nunca. Y es que tras los resultados del sorteo del pasado domingo, comprobamos que el lunes iba a ser el plato fuerte de esta fase eliminatoria.

Los encargados de inaugurarla fueron La Caidita. Sabemos que en esta fase, todas las agrupaciones tienen la obligación de cambiar, al menos, la letra de uno de sus pasodobles y uno de sus cuplés; aunque numerosas agrupaciones cambian los dos. Tal es el caso de estas novias nerviosas el día antes de su boda, ya que, mientras que la pasada semana nos hacían un repaso de su trayectoria como murga e incluso criticaban la falta de unión de los políticos de nuestro país; en esta ocasión hicieron un homenaje a las novias de los murgueros, por lo que pasan mientras estos carnavaleros ponen a punto su actuación de cara a Febrero y dedicaron su segundo pasodoble al pacense que siente su tierra, que se siente ‘amigo de Badajoz’. En cuplés, esta vez hablaron de las llamadas de telemarketing en la hora de la siesta y de la adicción al sexo del golfista Tiger Woods. Muy buena actuación de esta murga que cumple su décimo aniversario, mejorando con respecto a su primera intervención del pasado jueves.

En segundo lugar, este lunes de semifinales nos trajo a Jarana, que daba comienzo su actuación con ritmos de samba y sin dejar de mover sus caderas. Nos cantaron un pasodoble a una madre que se desvive por su hija, e hicieron un homenaje a todos aquellos integrantes que formaron parte de la agrupación en el pasado, poniendo especial atención en la figura del ‘Cojo’ de Jarana, el antiguo caja de la murga. En cuplés nos hablaron de la jubilación a los 67 años, y como así tienen dos años más para seguir saliendo como murga; además de mostrarnos su baile nuevo, la “procesión”. Llegaron ahí arriba con muchas ganas de fiesta y calentaron al público del Teatro López de Ayala para lo que venia después, que tampoco era moco de pavo.

A continuación, una murga del futuro volvía al teatro a través de su agujero espacio temporal. Desde el 2050 venía Al-Maridi, con una puesta en escena espectacular, con juegos de luces entre las del escenario y las que lucían en sus propios trajes. Cuentan con la ventaja de saber lo que ocurrirá en los próximos años, así que nos anticiparon en su presentación que el cubo no será derruido. Dedicaron un pasodoble a sus madres, dándoles las gracias por todo lo que han hecho por ellos, y recriminaron al gobierno sus promesas incumplidas. En sus cuplés nos hablaron del incidente de Berlusconi, de la caída del Papa e incluso de Gran Hermano, a la vez que hicieron un repaso por las figuras televisivas que aparecen en el programa Sálvame. Mantuvieron su calidad como agrupación con respecto a semifinales, y aunque musicalmente han llegado a este concurso muy preparados, sigo pensando que les falta algo de gracia.

Tras el descanso, era la murga de Llerena la responsable de arrancar los aplausos del público. El Señor Sáez de Santa María y del Cubero y sus catorce herederos volvieron a las tablas para contarnos su peripecia en busca de la herencia, y lo hicieron, a mi parecer, un poco más nerviosos, pues tuvieron un percance en la presentación, un momento en el que las voces sonaron algo descompasadas con respecto a caja y bombo. Sin embargo, en su nuevo pasodoble original se metieron al público en el bolsillo contando las discusiones entre su padre y su novia, unas discusiones que entendemos que no serían tan graves desde dentro de la habitación donde, supuestamente, sucedían. Le cantaron un cuplé a la SGAE, en el que Ramoncín aparece donde menos te esperas para que le pagues derechos, tanto que hasta lo hizo con ellos, que tuvieron que pagarle con el telón, y por ello aparecían sin él. Mejorando también respecto a preliminares, esta murga de jóvenes de Llerena promete mucho en el concurso.

Y estos hermanos ambiciosos dieron paso a los más gorrones de nuestro carnaval. A los que la crisis no les ha afectado venían con más ganas que nunca, y he de decir que hicieron una actuación inmejorable. El cambio en pasodobles y cuplés ha sido muy acertado, y desde luego, conquistaron a todo aquel que les prestaba atención desde su butaca. Sus pasodobles volvían a tener un nexo de unión, pues en el primero nos contaban lo bonito que es que te inviten a una boda, y en el segundo nos hablaban de un funeral (siempre que se celebre a la americana, por supuesto). Sus cuplés nos hicieron reír a todos al hacer un juego de palabras con las murgas participantes en el concurso, para terminar diciendo que no salía ‘agüita’ del grifo, pero claro, que llevaba 2 años sin salir… Y además nos contaron sus gorroneos en el botellón de Carnaval. Hicieron también una cómica mención a los problemas que han tenido por estar al pie de la descalificación. Y es que todo se lo toman a risa. Sin duda, los reyes de la noche, y es que, como se escucha a mucho murguero decir, estos niños están en otro nivel.

El escenario ya estaba calentito cuando salieron, Conkrestamente, Los Chungos. Estos punkis volvieron a traer la locura al López de Ayala, esta vez con una actuación mucho más conseguida que en su primera intervención. Supieron defenderla con muchas ganas, a pesar de haberse visto un poco perjudicados por el día en que les ha tocado cantar en esta fase, pues se veían rodeados de murgas punteras. Supieron, como decía, abrirse el hueco y despertar el interés de los presentes, que les premiaron con fuertes aplausos. Nos hablaron de las tribus urbanas de nuestra ciudad, del programa televisivo “El último superviviente” e incluso, de forma muy cómica, y a la vez atrevida, del altercado que tuvieron el pasado año con un extintor. Merece la pena escuchar a esta joven agrupación que en su quinto año ha hecho una participación muy digna, con unas voces muy mejoradas.

Finalmente, informar de que ayer el jurado del concurso decidió descalificar a La Mascarada, murga procedente de Almendralejo, por un plagio en música de pasodoble. Por ello, el próximo miércoles, actuarán en su lugar Mirinda Street Boys, por ser los siguientes en la clasificación por puntos.